Son siete. Mis siete nietos mayores. Les he pedido que fueran ellos los que mirasen por mí en el viaje familiar a Marruecos de esta Semana Santa. Siete miradas, siete lecturas, siete puntos de vista. Cien palabras para este blog, ni una más ni una menos, es lo que les he pedido. No quedarse en lo superficial, en la pura fachada. Se han portado. Aquí están sus escritos. Me quedo con todos. Me gustan. Han mirado dos veces antes de darle al teclado. Han cumplido. El abuelo está contento y cede gustoso la palabra a sus nietos y a sus lectores.
La mirada es la clave. No importa donde mires, sino lo que veas con tus propios ojos, con tu propia mirada, en un estado de Atención Consciente.
Álvaro Bermejo.
Rocío
Colores, olores, ruidos… un enjambre de emociones del que todos disfrutamos. Eso es lo que nos llama de Marruecos, lo diferente, lo que, en nuestra opinión, se sale de lo normal, pero, ¿Cuánto de eso es verdad y cuánto solo una apariencia? Veo a las mujeres que vienen a bailarnos a la mesa, parece que se divierten, que disfrutan de su danza, intentan agradarnos, pero si te fijas bien, su cara no es de alegría, están cansadas, no es eso lo que quieren estar haciendo, pero lo necesitan para vivir. Marruecos es eso, es por y para nosotros, un espectáculo.
Roque
Marruecos es un país totalmente distinto a lo que muchas personas están acostumbradas, no solo por el hecho de ser un país más necesitado económicamente, sino por su cultura. La gente suele preferir viajar a países más “civilizados” porque dicen que les da miedo. Sinceramente, me parece que no se debe sentir miedo a costumbres distintas o a otra religión, simplemente se debe comprender que así es como viven esas personas. Claro está que se debe tener cuidado, pero en el fondo, no se debe temer a la gente que así vive, porque, al igual que nosotros, también son personas.
Lucía
Durante nuestra estancia en el Atlas fuimos al zoco que ponen los martes en un pueblo, al que acuden los habitantes de las aldeas de alrededor. A primera vista me pareció un simple mercadillo, cutre, sucio, con cosas que se venden en los chinos de Madrid. Pero con una segunda mirada, si observas a la gente, su ropa, su aspecto, te das cuenta de la importancia del mercado para ellos, es el lugar y día de la semana en el que pueden comprar bienes de primera necesidad, donde ven a la gente de otras aldeas. Quizás sea su acontecimiento semanal.
Lucas
En este viaje, gracias al abuelo, he podido mirar más allá de las apariencias. En nuestra excursión al Toubkal nos encontramos a unos chavales jugando al fútbol. Pude imaginarme sus vidas, sus familias, sus amigos, … las veía muy diferentes a la mía. Nos unimos a ellos, jugamos un partido, y ahí es donde, con la segunda mirada, pude ver que el fútbol nos unía, que eran iguales que yo, lo único que nos separaba era el idioma, a pesar de ello nos entendimos. En la despedida, le di a un niño mi gorra, él se emocionó, pero yo más.
Antonio
A mí lo que más me ha impresionado de Marruecos es como los marroquíes viven desinformados de todo lo que ocurre en su país y alrededor del mundo. La vida de un marroquí es ir a su tienda todos los días del año a hacer lo mismo día tras día, muchos de ellos no saben como vive la gente en otros paises, no saben lo que es ir a trabajar con traje a una empresa. Me he dado cuenta de la suerte que tenemos nosotros de poder encender la television y saber todo lo que está ocurriendo en el mundo.
Amaya
Uno de los lugares más interesantes de Marrakech es la plaza Jemaa el-Fnaa. Por las noches se llena de puestos de comida donde la gente va a cenar. Cuando vas andando por la plaza los empleados te insisten muchísimo para que cenes en su puesto, y yo me pregunto: ¿por qué les importa tanto que vaya un cliente más que menos? La respuesta es muy simple: en España, un cliente más puede suponer un viaje de fin de semana, sin embargo, en Marruecos un cliente más puede asegurar la comida de los hijos de los empleados del día siguiente.
Itziar
Los niños de Marruecos tienen juguetes muy distintos a los nuestros y ellos solos se los saben inventar. Yo si fuera una niña de Marruecos sería muy diferente y tendría juguetes muy diferentes. Por ejemplo el otro día me fije en que unos niños jugaban a hacer carreras moviendo una rueda con un palito y eso me impresionó mucho. Yo si fuera de Marruecos me tendría que inventar muchos juguetes y a mi eso me encanta. Me he fijado mucho y los niños de Marruecos me pareció que aunque tengan cosas peores estaban muy felices y eran simpáticos y amables.
gracias Antonio y a tus nietos; siete miradas y siete impresiones distintas, todas ellas espléndidas. Un abrazo, Manuel
Todo un honor, Antonio, que me cites como si fuera alguien que sabe mirar… y hasta escribir. No me queda otra que corresponderte publicando aquí el texto íntegro que sirvió de inspiración a tus nietos. Pido disculpas a los visitantes de esta página por el exceso.
UNA MIRADA VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
CERTAMEN LITERARIO POSCOLONIAL
La mirada es la clave. No importa donde mires, sino lo que veas con tus propios ojos, con tu propia mirada, en un estado de Atención Consciente. En Marruecos te saldrán al paso paisajes desconcertantes, gentes extrañas, otra lengua, otras miradas. Pero, a veces, el paisaje más deslumbrante o el tipo más exótico, pueden no ser otra cosa que un decorado turístico diseñado para eso: para sorprender, para deslumbrar, para complacernos o para engañarnos. Es precisa una segunda mirada. La que mira más allá de lo que ve. La que observa detenidamente. La que se aplica a “leer” con los ojos aquello que ve, o aquello que le ocultan.
1/ La mirada del que sabe ver no se deja cegar por las apariencias.
2/ La mirada del que sabe ver “pela” lo que tiene delante como si quitara las capas de una cebolla, hasta llegar a su corazón.
3/ La mirada del que sabe ver no apresura su juicio. Observa, piensa, le da una vuelta, luego otra. Luego vuelve a mirar. Escucha con los ojos. Cuando ha escuchado lo suficiente, medita, reflexiona, …y sólo entonces se pone a escribir.
Sentadas estas bases, propongo tres puntos de fuga sobre los que enfocar vuestra mirada en Marruecos:
PAISAJES, GENTES Y SUCESOS.
Lo esencial es que tu mirada cuente aquello que SOLO TÚ has visto. Un ejemplo: en la plaza Djemna-el-Fna encontraréis un universo en miniatura. Aparecen sucesivamente: un aguador vestido a su abigarrada manera, un encantador de serpientes y un vendedor de dientes de muertos. Sobre cada uno de ellos caen las miradas de dos observadores. Ante el aguador, el impaciente solo verá el colorido de su vestimenta. El paciente quizá preferiría detenerse a meditar sobre el agua… en un país donde constituye un artículo de lujo. Sigamos. Ante el encantador de serpientes, el impaciente solo vera el baile de la cobra. El paciente se detendrá, tal vez, en el dibujo sobre su cabeza –parecen caligrafías árabes, -¿qué mensaje cifran?-. Por último, el vendedor de dientes. El impaciente dirá qué asco, y apartará la cabeza. El paciente probablemente se apartará un poco, a la espera de un cliente. Lo verá regatear un molar o un colmillo, quizá hasta encajárselo en sus encías desdentadas. Y sacará su propia lectura de lo que está viendo.
Todos los que os acompañen verán lo mismo. Pero solo aquel que sepa mirar verá algo singular, algo que los demás tal vez no vean, algo oculto al ojo superficial… a la espera de que lo active el ojo lector. Y de eso se trata.
Basta con cien palabras. Y que Aláh reparta suerte.
¡Qué genial idea la del Paseante, que en esta oportunidad nos propone que sean sus siete nietos los que miren con ojos propios la sorprendente realidad que les ha proporcionado su paso y estancia por lugar exótico, y la ocasión de expresar seguidamente por escrito sus impresiones de forma tan sesuda e interesante!
Los siete comentarios son una delicia (hermoso, el de Lucas…), y todos ellos hacen más grande aún al abuelo. ¿A que sí?
Que grande tu estirpe como tu
Llenos de humildad y criterio. Humanismo y humanidad
El garito de Malasaña en el que me sentia como en casa con 19 años lo regentaba un antiguo boxeador “‘el charlie”. Siempre se despedia de nosotros de la misma manera
“ Si nos miramos nos veremos”
Enhorabuena otra vez
Grandes valores se respiran de los textos de los nietos!!!
Abrazo muy fuerte de un amigo de la familia desde la infancia
Saber mirar es saber amar. Y tus nietos miran por ti, por mí y por los de más allá. Sobre todo por los de más allá, que son los que más lo necesitan; en unos tiempos en los que las sociedades modernas acomodadas (y sus individuos)son expertas en “mirar hacia otro lado”.
Antonio he sentido nostalgia de las amistades lejanas, yo que vivo en un país exótico y cada vez aprecio mas estas miradas frescas, tan próximas a la vida real.
Querido Antonio:
Como tantas veces, me emociona leerte, ahora a través de tus nietos.¡ Qué afortunados son de tener unos abuelos como vosotros!
Un fuerte abrazo
Me encantó. Siempre he querido ir a Marruecos. Me queda lejos desde el Perú, pero leer a tus nietos me ha motivado aún más. PArticularmente me encantó el relato de Itziar, dedicarse a ver y comparar los juguetes de los niños me pareció genial. Acá en Perú, cuando yo era niña, jugábamos también con juguetes sencillos, a veces también los hacíamos nosotros mismos, y créeme que éramos felices. Probablemente no sea hasta que llegas a grande que te das cuenta de las diferencias con los “otros juguetes más pintados”.