Allende Guadarrama

Un blog de Antonio Sáenz de Miera

El paseante…

… SE DECIDE HOY POR HACEROS UN REGALO

Ya está aquí El Paseante prometido. Pero  hoy no habrá impresiones de paseo. No son estos buenos días para pasear por el centro de la ciudad. La gente se concentra, se acumula, se aglomera. Veo caras de ansiedad de impaciencia de excitación nerviosa. Apenas puede uno moverse por los sitios por los que a mi me gusta caminar. El paisaje urbano se disfraza  de una felicidad impostada, una felicidad mentirosa que apenas deja hueco para nada más. Mal momento para empezar estas crónicas del Paseante, me digo. Mejor esperar tiempos más tranquilos, más normales, menos jaraneros.Mejor hacer ahora mis lectores uno de esos regalos que no cuestan nada y que son sin embargo de gran valor. Una recomendación de un libro y unas páginas del libro recomendado. Para abrir boca, para incitar el apetito.

El libro es éste:

No dejéis de leerlo si os podéis escapar  uno de estos días de los barullos navideños . Merece la pena. Aquí os dejo unos párrafos del libro en cuestión, sobre la importancia que   tenía el paseo para Robert Walser.

Pasear… me es imprescindible para animarme y para mantener el contacto con el mundo vivo sin cuyas sensaciones no podría escribir media letra ni producir el más leve poema en verso o en prosa… Sin pasear estaría muerto y mi profesión a la que amo apasionadamente estaría aniquilada… Sin pasear no podría hacer observaciones y estudios.. en un bello y dilatado paseo se me ocurren mil ideas aprovechables y útiles. Encerrado en caso me arruinaría y secaría miserablemente… Para mi pasear no es sólo sano y bello sino también conveniente y útil. Un paseo me estimula profesionalmente y a la vez me da gusto y alegría en el terreno personal; me recrea y consuela y alegra, es para mi un placer y al mismo tiempo tiene la cualidad de que me excita y acicatea a seguir creando… un paseo está siempre lleno de importantes manifestaciones dignas de ver y de sentir. De imágenes y vivas poesías, de hechizos y bellezas naturales bullen a menudo los lindos paseos, por cortos que sean. Naturaleza y costumbres se abren atractivas y encantadoras a los sentidos y ojos del paseante atento que desde luego tienen que pasear no con los ojos bajos, sino abiertos y despejados, se ha de brotar en el  hermoso sentido y en serenos y nobles pensamientos del paseo… Sin el paseo y la contemplación de la naturaleza a él vinculada sin esa indagación tan agradable como llena de advertencias, me siento como perdido y lo estoy de hecho… Secreta y misteriosamente siguen al paseante todas clases de hermosos y sutiles pensamientos… En una palabra me gano el pan de cada dia paseando, hurgando, escavando meditando, inventando, analizando, investigando y paseando tan a disgusto como el que más…

Que lo paséis estos días lo mejor posible y que  2018 sea generoso con todos vosotros. Yo, por mi parte, ya os he hecho un regalo.