Allende Guadarrama

Un blog de Antonio Sáenz de Miera

 

“Sólo tienen valor los pensamientos que nos vienen mientras andamos”

Nietzsche

 

Abro hoy una nueva sección en este blog. Por estimularme, por estimularos. Por cambiar. De vez en cuando, según funcione el invento, recibiréis una entrada algo diferente: será más breve y se centrará en lo que me vaya saliendo al paso en mis largos paseos. Cada vez me gusta más andar por la calle. Ahora tengo más tiempo para pasear, para observar, para curiosear… De paso, hago ejercicio. Mientras camino me fijo en la gente. Me da por pensar, imaginar: qué son, qué hacen, de qué hablan, a dónde van… Quizás me fijo demasiado, eso me dicen mis hijos: “papá no mires así, hombre!!!”. Pero se ve que no les hago caso y ello me crea a veces algún que otro problema.

Hace algunos años, en las fiestas de la Blanca de Vitoria, debí de mirar con tanta intensidad a un “blusa” feísimo que desfilaba por la calle Dato, que éste se vino hacia mí como un rayo y me dijo: “Eh ¿Y tú qué miras”. Me lo dijo agarrándome por los hombros. Yo, claro, me asusté. Era tan grande como feo. Se enfadó con toda razón: me quedé mirándolo con descaro, no de soslayo… Debía de tener más cuidado en el futuro. La mirada es una especie de invasión en el espacio del otro…Tendré que tener más cuidado, pensé.

Pero sigo fijándome mucho. Eso puede ser bueno para dar emoción, interés y espontaneidad a este nuevo enfoque del blog. Miro a la gente pero también a los escaparates, a los carteles que anuncian mil cosas y mil actividades que, si nos fijamos bien,nos puede dejar “alucinados” como se dice ahora. Las manifestaciones, sobre todo si son de cuatro gatos, las riñas y las músicas callejeras, la gente que está sentada y la que se ve que no sabe a donde ir…Todo eso excita mi curiosidad y da vuelos a mi imaginación. Y no solo me gusta observar, mirar, curiosear… También me gusta hablar con la gente que está en la calle; eso es cada vez más difícil pero siempre se presenta alguna oportunidad si está uno atento y preparado. Trataré de estarlo. Creo, sospecho, que estos paseos míos darán para escribir y divertirme. Para decir lo que he visto, lo que he escuchado, lo que me ha pasado, lo que me ha dado motivos para reflexionar, para disfrutar o inquietarme, para reír… A ver que os parece, a ver si este Paseante tiene futuro. Ya me diréis.