Para el viento, una cometa
Para el lienzo, un pincel
Para la siesta, una hamaca
Para el alma, un pastel…………..
Para la guerra, nada
De la canción “Para la Guerra nada”,
Marta Gómez
Hace unos días recibí un correo que me dio mucho ánimo. Era de Canel, ese pariente mío que muchos ya conoceréis por los frecuentes comentarios que hace en este blog. Canel me reprende cariñosamente. Me dice: “se cumplen ahora 43 días sin tener noticias tuyas a través de tu blog. Nunca ha sido tan duradero tu silencio y eso me preocupa”. Qué buen tipo, qué generoso… Me llama la atención, me incita, me estimula a seguir con mis hábitos escribientes y blogueros. Y tiene razón al hacerlo, porque yo mismo, me temo, me estaba diciendo lo mismo…
Otros amigos me han hecho llegar también su extrañeza al no recibir mis periódicas entregas, pero no con tanta precisión –ni yo mismo me había dado cuenta del tiempo que había pasado- ni, desde luego, con una advertencia tan directa como la que me hace Canel: “Espero que no se te haya ocurrido dejar de proporcionarme –a mí, y a muchos más- tan energético alimento para nuestras neuronas”. No sé si está bien –aunque ahora con lo de la posteridad ya no sabe uno lo que está bien y lo que está mal- airear estos elogios pero os puedo asegurar que un bloguero solitario como yo los necesita como el comer. Canel ha sabido tocar en esta fibra sensible que todos tenemos, en ocasiones, un poquito aletargada. Y me ha dado pie para dar fin a este “justificado” silencio, ahora os lo explico, de ya más de 40 días.
La culpa la ha tenido Colombia y su proceso de paz. Seguramente algunos de vosotros habíais barruntado que andaba metido en algo de eso. Es cierto, pero lo que todavía no sabía yo del todo entonces, al comienzo de este silencio bloguero, es que me iba a meter tan de lleno, tan del todo, hasta el punto de no pensar casi en otra cosa. Estuve en Bogotá y en Medellín, hablé con mucha gente y participé en diversas reuniones en un momento especialmente delicado del proceso de paz, entre el “no” del plebiscito al “primer Acuerdo” y la firma, poco más de un mes después, del “Acuerdo definitivo”. Mis encuentros con representantes de la sociedad civil colombiana fueron del mayor interés y me propusieron que lo publicara en un libro. Sin pensarlo dos veces dije que bueno, que sí, que lo haría, y en esa tarea he estado embarcado en los dos últimos meses… Echaba de menos “mi blog”, pero ya no estoy para hacer dos cosas a la vez. O libro o blog. No era una decisión traumática… Sólo sería por un tiempo… Pero, me doy cuenta que para volver es bueno que alguien te empuje, te agite, te anime… Y Canel lo ha hecho. Ayer mismo mandé por fin la versión final, o eso espero, del libro, y hoy estoy escribiendo estas líneas, volviendo a este lugar que es tan mío como vuestro.
No os daré mucho la vara con el asunto de Colombia y su proceso de paz, os lo prometo. Lo tengo muy reciente y podría dejarme ir con cierta facilidad contando las historias que he escuchado y he vivido, exponiendo unos dilemas sociales, políticos y morales que son tan locales como universales… Pero ahí tenéis ya el libro, a punto de publicarse, ya acabado… Lo presentaré en mayo en la Feria del libro de Bogotá; lo digo por si alguien se anima.
He tratado de ser neutral. Iba a escuchar a los colombianos, a representantes de la “sociedad civil” y no a pontificar, pero me ha sido muy difícil no decantarme, incluso con cierto apasionamiento, por el “sí” después del “Acuerdo renegociado”. La paz, después de más de 50 años de guerra, de dolor y de muerte merecía una oportunidad en Colombia. A mí me lo parecía, a mí me lo sigue pareciendo… Pero sé bien que no es nada sencillo.
En el cajón de sastre del “no” había un poco de todo, había algunas dudas justificadas, había incertidumbres, había falta de información. Por supuesto aparecía el dilema justicia/paz digno de ser tenido en cuenta en primer lugar, pero también la defensa de privilegios adquiridos, el miedo al cambio, los factores partidistas…
Mi posición con respecto al presidente Santos ha ido cambiando con el tiempo. Hubo un momento en el que me asustaba su voluntarismo, su tendencia a confundir, con cierta frecuencia, los deseos con la realidad pero un presidente hamletiano no habría sido capaz de sacar adelante un proceso de paz tan complejo y delicado como el colombiano. Queda mucho, muchísimo, por hacer pero lo conseguido es impresionante.
Seguiré de ahora en adelante el complejo desarrollo del post conflicto pero sin dejar este blog que es ya parte de mi vida. Siempre “a la orden” como dicen en Colombia.
Desde éste momento me declaro fan de tu amigo Canel, y espero, como imagino que varios de tus lectores y seguidores blogueros, poder adquirir pronto ese nuevo libro tuyo. Gracias de por volver, querido amigo Don Antonio.
Querido Antonio: Ha sido un gran placer volver a leerte; me interesa mucho el acuerdo de paz en Colombia y cuentas ya con un seguro lector de tu libro. Me da una sana envidia saber que has estado en Colombia en un momento tan apasionante y hablando con los protagonistas del momento.
Yo estoy recién “aterrizado” en Madrid y con el lío del reasentamiento no he tenido demasiado tiempo de echarte de menos, aunque sí te tenía ya en la lista de contactos a recuperar. Espero que no tardemos mucho en vernos y ojalá puedo ir también viva voce algunas de tus vivencias colombianas.
Un fuerte abrazo
Antonio
¡Que alegría volver a “bloguearte”….! para tus seguidores es una inyección de vitalidad y tranquilizadores los motivos del retraso….
¡Ojala por estas latitudes los políticos escuchasen a la sociedad civil y a eméritos representantes como tu…..! Cuanta energía y otras cosas nos ahorraríamos.
Gracias por seguir…..en ambos frentes.
Muy interesante tu opinión sobre el proceso d paz colombiano
Como Carmen, me atrevo a interpretar el mensaje implícito de su comentario, espero que nos traslades mas “historia” del proceso, al menos en la parte que has vivido y del que supongo mantienes contactos y puentes.
Por lo demás, como todos tus seguidores, me alegro de tu “vuelta” y también te doy las gracias por seguir.
Encantado de leerte de nuevo Antonio, te deseo éxito con tu libro sobre el proceso de paz en Colombia, lo seguiremos con atención, un abrazo, Manuel Z.
Ya era hora, Antonio… no del Blog, que también, sino de que te lanzases a escribir en caliente sobre la paz en Colombia, como hace ahora 49 años te lanzaste en caliente a escribir sobre el Mayo del 68 en las humeantes calles de París.
Leeremos ese libro… ¡y que Canel asegure que el blog no decae!