¡LIBRO A LA VISTA …!
Con libro en las manos se diría que somos reales;
en internet todos somos un poco abstractos
Andrés Trapiello
No lo sabía cuando lo empecé, pero estaba “cantado” que algunos de los textos de este blog acabarían convirtiéndose en un libro. Está en mi naturaleza: me gustan los libros, me gusta hacer libros y me gusta tenerlos en mi mano y tocarlos. Eso no quiere decir que no estuviera feliz con mi blog. Lo estoy y mucho: me mantiene en contacto con mis amigos, me da vida y me hacer estar alerta, pero, ya se sabe, uno nunca se conforma con lo que tiene.
Era cuestión de tiempo y por fin ha llegado. Ya está a la vista; es ese que se puede contemplar ahí arriba descendiendo suavemente desde las nubes de internet hasta la realidad terrenal. Lleva unas alitas que le ha puesto el autor del dibujo -cuyo nombre merece párrafo aparte- para que llegue sano y salvo a vuestras manos. Es un libro de tomo y lomo. Su contenido es muy parecido al del blog pero no es lo mismo que el blog: es un libro de esos que nso permiten pasar las páginas con suavidad y hasta con ternura.
No sé si mis nietos acabarán leyendo sólo en pantallas, más grandes o más pequeñas. No lo sé, es posible. Sea como fuere me gustaría que tuvieran este objeto entre las manos alguna vez, en algún momento; me gustaría que Lola, esa recién nacida que aparece en una entrada que titulé “Soy el abuelo de Lola”, no tuviera que andar buscando en Word Press –por cierto ¿ qué pasaría si a Word Press se la tragase otra empresa y despareciera del mapa?, ¿no es eso inquietante?- para enterarse de lo que escribió su abuelo el mismo día de su nacimiento.
Espero que lo lean mis nietos, digo, pero no es solo para ellos; este libro es para el público, digamos mejor para “mi público”. Puede ser que ese público mío que es tan benévolo y que en realidad no sé si existe, encuentre en él algo interesante. Tiene, para empezar un buen prólogo de Eduardo Martínez de Pisón, ese gran geógrafo y gran amigo a quien he conseguido traer a este espacio bloguero desde las alturas del Guadarrama en las que normalmente nos encontramos. Luego vienen cincuenta y una de las ochenta entradas ya publicadas en el blog y, así juntas, parecen otra cosa aunque sean lo mismo. Se incluyen también más de un centenar de comentarios suscitados por lo que se dice o deja de decir en el blog y eso da al conjunto de textos, me parece a mi, una especial viveza. Muchos de los comentarios pertenecen a Álvaro Bermejo, uno de los seguidores más asiduos de mis escritos: son tan brillantes, están tan bien documentados, que algunos me preguntan si no estoy celoso. No, al contrario, lo que estoy es orgulloso de tener cerca de mi y ahora como coautor de este libro a un escritor de tanto prestigio como él.
Una de las mayores satisfacciones que me ha procurado meterme en esta aventura ha sido la de volver a trabajar con Jorge Arranz. Me gusta comparar a Jorge con Jean-Jacques Sempé el conocido dibujante francés que acaba de publicar en España un libro precioso. Él y yo, él es Jorge no Sempé, hemos luchado juntos en mil proyectos editoriales y culturales y nos entendemos con solo mirarnos. Los dibujos que ha hecho para ilustrar cada una de las entradas son geniales y obran el milagro de transmitir en unos simples trazos lo que a mi me cuesta cientos de palabras.
Solo por los dibujos de Arranz merecería la pena comprar este libro que, se me olvidaba decirlo, está a la venta. Sí, se puede uno hacer con él por algo más de doce euros. Bubok que ha sido la editora os lo hará llegar en pocos días a vuestros domicilios si lo pedís a través de este enlace:
http://www.bubok.es/libros/246811/Tomate-un-Blog
Debéis de saber que todas mis plusvalías irán a la Fundación Vicente Ferrer que actúa en una de las regiones más pobres y necesitadas de la India y con la que estoy relacionado a través de mis hijos y mis nietos.
Tomaros este libro con calma, con sentido del humor, con sentido del amor. Es un capricho, un ejercicio de voluntad, un producto del placer gratuito. El mejor ejemplo de lo que pretendía decir en mi entrada sobre la utilidad de lo inútil. Eso que no da dividendos pero da vida, eso que produce dinero -más bien lo gasta- pero produce gusto, entretenimiento, ilusión. Más motivos para seguir cultivando y alimentando nuestra amistad.