Allende Guadarrama

Un blog de Antonio Sáenz de Miera

 

“La Cumbre de París es la última oportunidad de llegar a un acuerdo global sobre el control de emisiones de efecto invernadero ”

 

Christiana Figueresbicis

 

Estos esforzados ciclistas que ha dibujado mi amigo Jorge Arranz con su ingenio habitual (atención recibe encargos de todo tipo) representan a los personajes que han puesto en lo más alto a la Cumbre de París sobre el Cambio Climático, COP21, que se celebrará a finales de este mes. Son ellos, y algunos más que no cabían en la viñeta, los que han logrado que los ojos del mundo miren con esperanza los debates de París para evitar la destrucción del planeta. El presidente Obama ha sido uno de esos personajes y Jorge le ha colocado el primero en la escalada a la Torre Eiffel. Se lo merece. Ha luchado de lo lindo por esta Cumbre y ha desarrollado en su país un ambicioso plan para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Le sigue el papa Francisco por su Encíclica Laudatio Sí, pero igual habría podido seguirle el presidente chino Deng Xiaoping. Es difícil saber si es más importante una Encíclica que alerta sobre los peligros del calentamiento global o el compromiso de reducción de emisiones de uno de los países más contaminantes del mundo. Algunos pensarán que sin duda lo segundo –obras son amores y no buenas razones- pero Jorge, que mira lejos, ha decidido poner primero al Papa y luego al chino y luego a otros que también tienen méritos suficientes para figurar en este pelotón de honor.

Entre ellos, aparece en último lugar un hijo mío que irá, éste sí de verdad, en bicicleta, desde Bilbao a París para asistir a la Cumbre con otros representantes y directivos de su empresa. A Paris irán ciudadanos, empresas y gobiernos con actitudes bien distintas a las de conferencias anteriores. Muchos ven en esta Cumbre una última oportunidad, algo así como un “ahora o nunca”. No es una cuestión de bichos y flores. La cosa va de sequías, de pérdidas de cultivos, de hambrunas, de refugiados climáticos, de ciudades inundadas y de empresas energéticas que debaten cuándo y cómo deben transformarse. La cosa es muy seria. No hay que dejar de pedalear.

Estamos sin embargo muy parados. Dice Moisés Naim que esta inacción recurrente ante una crisis cada vez más evidente se debe “a la naturaleza humana, a que nos cuesta cambiar de hábitos y costumbres”. No somos capaces de hacer la “dieta” que necesitamos porque no hemos tenido el “susto” que nos haga reaccionar. “¿Será preciso que necesitemos un gran susto colectivo para cambiar la forma en la que nos relacionamos con nuestro planeta?”, se pregunta Naim. Quizás lo necesitemos, sí.. O quizás ya estemos suficientemente preparados para reaccionar. Quiero creer que así es.

Llegar a Paris en bicicleta es toda una declaración de principios, me parece a mi. Al final todo gran cambio empieza por un gesto, por muchos gestos que se repiten cada día y que se acaban convirtiendo en costumbres individuales y colectivas: subirnos a la bicicleta cada día para ir a trabajar. Cerrar el grifo de las emisiones de gases. Cumplir con las medidas acordadas. Gestos, decisiones, compromisos. “Estamos hartos de soluciones: ¡Queremos promesas!”, escribió alguien en una pared de la ciudad de México. Lo cierto es que la situación es tan grave, tan urgente, que ya no nos podemos permitir el lujo de una ironía como esta. Necesitamos soluciones y medidas sin más dilación. Hay que coger la bicicleta y pedalear hasta que Paris no sea un sueño incumplido más. !¡Hay que coger el toro por los pedales¡!

Los problemas del cambio climático no son pura especulación ni el delirio de unos pocos: después de décadas de debates, los científicos han concluido que se deben al aumento de las emisiones de gases que produce la actividad humana. Ni más ni menos. Pero algunos lo siguen negando por cerrazón o por intereses. A estos les ha montado Jorge en unas motos que echan mucho humo. No les dejarán llegar a París. Mejor. Entre ellos como veréis está el primo de Rajoy. A este habrá que perdonarle porque Mariano ya ha declarado que se equivocó. Y España estará en la Cumbre con sus deberes bien hechos. ¡!Faltaría más!¡

MOTOS