Allende Guadarrama

Un blog de Antonio Sáenz de Miera

13-09-granada

“Desde pequeño pensé que los mendigos y los vagabundos , la gente que vivía al raso, sabían algo más o algo distinto. Estaba convencido de que los que no tienen nada lo tienen todo…”

 Tom Waits

Para entrar musicalmente en temas de vagabundos, os recomiendo: “Saving us” de Serj Tankian

Los encontré en la calle Fuencarral en Madrid. Era la primera vez que me tropezaba con los “vagos vagabundos” aunque ya me habían hablado de ellos: van de un lado para otro haciendo honor a su nombre y se han hecho conocer. Uno de ellos tenía puestos unos auriculares mientras se fumaba un porro y el otro metía la cuchara en un plato con evidente fruición. Como me quedé mirando quizás demasiado fijamente -algo que me pasa con frecuencia- el del porro se quitó los auriculares y me dijo que si quería tomar una foto. Se ve que están acostumbrados al espectáculo, que se saben bien su papel.

Hice la foto pero no es la que aparece aquí. Se nota. La he tomado de su web. Sí, ellos, tienen su web propia; no quieren quedarse atrás en la era de internet. Son también un buen ejemplo de marketing: su nombre lo escriben en castellano. En inglés y en alemán. Es por lo de los turistas me dice ahora el de la cuchara mientras se limpia con mucha urbanidad. Se lo saben todo.

Ellos dicen que son sinceros y probablemente sea verdad: se burlan de nosotros, nos venden una sonrisa y a cambio nos piden unas monedas para sus vicios y necesidades. Es posible, muy posible, que nos estén tomando el pelo, pero lo cierto es que la cosa tiene su aquel, su gracia. Es la broma de unos listos que saben lo que se hacen: utilizan la máscara de la sinceridad para hacer que nos engañan pero sin tratar realmente de engañarnos. Aquí creo yo está el quid de la cuestión: ni nos engañan ni pretenden hacerlo.

Lo mismo, pienso yo puesto ya a filosofar, lo que están haciendo estos caraduras bondadosos e inofensivos, es poner ante nosotros un espejo para que contemplemos nuestras propias contradicciones. Nos piden unas perras pero también nos hacen pensar. Practican su particular “fund raising” con la correspondiente segmentación de públicos como mandan los cánones y se toman la molestia de explicarnos en que se van a gastar las monedas o los billetes que tengamos a bien dejar en el kiosco que se han montado: “esto para vino…esto para porros…esto para cerveza …” Claro que no es verdad, se lo gastarán en lo que les de la gana, pero lo sabemos. Sabemos que no es verdad y no dudamos de ellos porque ni nos roban ni nos mienten. Les damos voluntariamente lo que queremos y nos reímos. No dudamos de que nos están tomando el pelo en unos tiempos en los que dudamos ya de todo. Las noticias de cada día nos producen inseguridad, nos indignan, nos cabrean. Está de moda la transparencia; hasta tenemos una ley.. Pero en realidad lo que nos preocupa o así debería ser, es la honestidad, la falta de honestidad. Por ejemplo, los que manejan la pasta tienen que explicar lo que hacen con ella. Parece lógico que así sea. Ya no estamos muy seguros de que el dinero de nuestros impuestos vaya todo destinado a los fines realmente públicos. Cuando damos a fundaciones o a ONGS o a la gente que nos pide en las calles nos entran dudas. ¿nos estarán engañando?, ¿lo utilizarán para lo que dicen?

No es ese el caso de mis “lazy beggers” y por eso  he decidido  traerlos a este blog. Quizás como un ejemplo, no de vida ¿qué diría Chéjov ese enérgico enemigo de la ociosidad? pero sí de sinceridad. A lo mejor, como nos dice Tom Waits –no dejéis de oír su “Hold On “ es fantástico- “saben algo más o algo distinto” de lo que nosotros sabemos. La verdad no es siempre amarga dramática o trágica. No siempre es engañosa. A veces no tiene tantas dobleces y se muestra tal cual. En cualquier caso hay que digerirla siempre que podamos con buenas dosis de comprensión y sentido del humor. La vida tiene mucho de representación, pero creo que la mejor manera de decirnos las cosas importantes es hacerlo con un cierto humor, con una cierta ironía. Y creo que hay “más mejor que peor” en la vida, que en el fondo somos mejores que peores, aunque ahora nos fijemos tanto en las zonas oscuras y negativas de lo que nos pasa. y que una sonrisa a tiempo, puede vencer tanto nivel de exigencia y de duda.